Eólica. El problema está en los márgenes
Siemens Gamesa, Vestas o Nordex sufren por la fuerte subida de los costes. En bolsa ya están viendo mínimos desde 2020
Combina una crisis de proveedores con un ascenso de las materias primas y darás con la fórmula que está provocando que los grandes fabricantes de componentes para la industria de la energía renovable hayan borrado lo ganado en años en apenas unos meses.
A pesar de que las economías mundiales continúan apostando por fuentes energéticas como la eólica o solar para afrontar la transición hacia las emisiones netas cera, quienes en teoría deberían estar celebrándolo, están sufriendo un fuerte revés en bolsa.
La española Siemens Gamesa se deja un seis por ciento en lo que llevamos de 2022, y sus competidoras europea Vestas un 9 por ciento. Nordex escapa a los números rojos en 2022, pero las pérdidas en doce meses son muy similares.
Para la compañía del IBEX este resultado significa retroceder hasta niveles no vistos desde el verano de 2020; para Vestas, verse a los mismos precios que en septiembre de dicho ejercicio y para Nordex intercambiarse a los niveles del otoño de 2020.
Aunque en lado positivo de la caída es que se está abriendo una brecha de oportunidad por descuento respecto a valoración -las revisiones a peor de los precios objetivos están siendo mucho menos fuertes que los retrocesos-, tal vez todavía no sea el momento de acercarse a un sector que se supone que tendría que salir ganador del proceso de transición energética.
Según los analistas, todavía falta visibilidad sobre cuándo finalizará esta situación. "2021 fue un año extraordinariamente desafiante para los fabricantes de turbinas eólicas", señalan los expertos de Bank of America.
"La inflación y la elevada volatilidad alrededor de los materiales, sumado a las interrupciones de la logística se tradujeron en importantes revisiones a la baja, con todas las empresas del sector reduciendo márgenes. En nuestra opinión, la presión se mantendrá al menos durante la primera mitad de 2022", añaden.
Para completar las malas expectativas "también vemos el riesgo de que la debilidad de los pedidos se mantenga durante el arranque de 2022", avanzan los analistas de la firma estadounidense.
Los resultados de 2022 soportarán el incremento de costes sin el reflejo de las medidas de mitigación
Un contexto muy poco favorable para que los fabricantes puedan trasladar su aumento de costes (también los laborales) a sus clientes, aunque las empresas lo están intentando.
"De algunas declaraciones recientes de los equipos directivos se deduce que el precio de las turbinas podría haber crecido entre un 3 y un 5 por ciento", señala Bank of America.
Es un buen punto de partida, pero que no tendría repercusión en los resultados de 2022. El incremento del coste del acero, que es el más importante para estos fabricantes, y otros continuará pesando sobre los resultados de este año, ya que las órdenes de los pedidos son previas a la entrada en vigor de la anteriores medidas de mitigación.
A la espera de subvenciones
El otro factor en duda es cuándo llegarán los grandes pedidos para impulsar la transición energética. La implicación de fondos públicos en la transformación económica es, curiosamente, un hándicap para dar visibilidad al futuro y ayudar a cambiar la tendencia negativa en bolsa en estas compañías.
Uno de los proyectos que más está penalizando al sector es el estancamiento en el que se encuentra el programa estrella del presidente estadounidense Joe Biden. El famoso programa de gasto público 'Build Back Better' está paralizado (las negociaciones en el Senado lo mantienen en el limbo) y conlleva importantes ventajas para la financiación de la transición hacia las cero emisiones de la compañía.
En su último informe sobre Vestas, JPMorgan reconocía que este parón estaba frenando las inversiones en despliegue energético porque las empresas estaban esperando a que se aprobaran las subvenciones para realizar sus pedidos.
Y con la Unión Europea planeando convertir a la generación nuclear y al gas en fuentes de energía de "transición" pero con acceso al programa de los fondos de reconstrucción europeo, la entrada de capitales a corto plazo para las renovables puras, también podría ralentizarse.